
Creo en la tolerancia, en el diálogo, en la palabra. No en los portazos, los silencios sin explicación y la tozudez. No creo en las escusas. Sí en el perdón y el arrepentimiento.
Puede que yo viva en un mundo imaginario, donde llegar hasta la cima de lo que busco sea una utopía. Tal vez lo sea. Pero creo en ello y aunque sea el único que piense así, moriré con mi idea del equilibrio y el punto intermedio de las cosas.
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