lunes, 3 de mayo de 2010

Destino.

DESTINO

¿Es a mí? No puede ser. Esa chica me está mirando. ¿Cómo me va a mirar a mí? ¡Si es preciosa! Me habrá confundido con otro.
Sonríe. ¿Quiere que vaya? ¿Allí, junto a ella?
Sigo creyendo que se ha equivocado de persona. Tengo un rostro común. Demasiado común. Ni alto, ni bajo. Ni gordo, ni flaco. No soy un tipo musculoso, ni tampoco muy inteligente. No soy nada especial. ¿Para qué querrá que acuda a su lado?
Quizá quiera preguntarme algo. O pedirme fuego. Se llevará un chasco, no fumo. ¿Por qué estoy tan nervioso? Sí, lo sé. Por mi timidez, siempre he sido un desastre con las chicas. Un mayúsculo desastre. Cada vez que tengo que hablar con alguna me sonrojo. Ir con las mejillas sonrosadas por la vida no es precisamente cómodo. Y lo del temblor en las piernas y en la voz, es crónico.
¿Qué querrá? ¿Me acerco? O miro hacia otro lado y salgo corriendo a la de tres.
Venga, échale valor. Los valientes son los que triunfan, ¿no? No pierdes nada por ir. ¿O sí? La autoestima, tal vez, si se ríe de ti. Las heridas del pasado están bien sanadas, pero me da miedo quitarme las tiritas.
¿Sigue observándome? Sí. Y sonriendo. Me suena su camiseta. ¿Dónde la he visto antes?
Va, voy. Quizá le guste. Aunque eso suena a milagro.
No camines deprisa que parezca que estás desesperado por llegar hasta ella. Ni tampoco muy lento, no eres un pasota, ni un sobrado. Así, tranquilo. Tranquilo, muchacho.



Vaya, de cerca es todavía más bonita. Qué ojos castaños más expresivos. Y sus dientes, perfectos. Me encanta su pelo por los hombros, moreno, suelto, brillante.

- Hola.

Guau, que voz tan encantadora. Qué calor tengo. No, los colores no. Me arden los pómulos. Debo ser un tomate con zapatos negros.

- Hola

Bien. Bien. No ha estado mal. ¿Qué digo? Si sólo ha sido un simple “hola”. Deliro. Pero para ser un sencillo saludo ha sonado bien. ¿Por qué pienso tan deprisa? Son los nervios. Tranquilo.

- ¿Sabes quién soy?

No fastidies. ¿La conozco? ¿De qué? Si la hubiese visto antes me acordaría. ¿No será alguna ex? ¿Un rollo de una noche? ¡Qué dices! Si no te has comido un rosco en tu vida. Tiene que ser alguna amiga de la infancia. No. No la recuerdo de nada. Sólo me es familiar esa camiseta. La de los tres corazones. ¿Dónde la he visto antes?

- Perdona, no. No sé quien eres.
- ¿No?

Ya has metido la pata. Ha dejado de sonreír. Qué estúpido. Una chica que me habla y no me acuerdo de ella. Pero, ¿quién es?

- No. Lo siento. ¿Quién eres?

Uff. Estoy ardiendo. Lo noto en mi cara. Y en los ojos que empiezan a estar cargados.

- Soy Paula. Tu destino.

Y vuelve a sonreír. Y yo con ella.
Ahora sé quien es. Ahora lo he comprendido. Ya no tengo calor, ni estoy rojo. Sólo feliz. Una alegría que me rebosa por todos los poros de la piel.

- Ya sé quien eres. Encantado.
- Igualmente.

Una hoja de papel impulsada por el viento cruza por delante nuestra. Es la primera página de un periódico de hoy. Tres de junio.
La fecha en la que conocí a mi destino.

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